El estrés y la fuerza de voluntad son dos conceptos que a menudo asociamos con agotamiento y fatiga, pero según el Dr. Andrew Huberman, Ph.D., neurocientífico y profesor titular en el departamento de neurobiología y, por cortesía, de psiquiatría y ciencias del comportamiento en la Facultad de Medicina de Stanford, esta visión es incompleta. En una entrevista con Chris Williamson, Huberman expone varios estudios y teorías que nos invitan a replantearnos el impacto que tienen el estrés, la motivación y la voluntad en nuestra vida diaria. Me ha parecido muy interesante, por lo que te resumo aquí las ideas clave que he extraído de este podcast.
El impacto del ejercicio voluntario y el forzado en el cuerpo
Uno de los puntos más interesantes que comparte Huberman es un estudio sobre el ejercicio en animales, que resalta una diferencia crucial: cuando el ejercicio es voluntario, trae beneficios notables como la reducción de la presión arterial y la mejora de la salud en general. Sin embargo, cuando el ejercicio es forzado, los efectos son negativos, afectando el bienestar de los animales. Este patrón también se ha observado en humanos, lo que nos lleva a reflexionar sobre cómo nuestra percepción del esfuerzo y la elección personal pueden influir en la efectividad del ejercicio.
La mentalidad y el estrés: ¿amigo o enemigo?
Huberman introduce el trabajo de su colega, la Dra. Ali Crum, quien ha demostrado cómo nuestra mentalidad respecto al estrés afecta directamente cómo la experimentamos. Si creemos que el estrés es perjudicial para nuestra salud, esa creencia se convierte en una profecía autocumplida. Sin embargo, si vemos el estrés como una oportunidad para mejorar la concentración, la memoria y el rendimiento, podemos transformar nuestra respuesta física y emocional ante situaciones difíciles. Esto revela el poder de la mente sobre el cuerpo, y cómo nuestras creencias pueden cambiar la realidad que vivimos.
El agotamiento del ego y la controversia de la fuerza de voluntad
Otro tema fascinante es el debate sobre la fuerza de voluntad como recurso limitado. Según las primeras teorías, la fuerza de voluntad se agota después de realizar tareas difíciles, y reponer los niveles de glucosa en el cerebro puede restaurarla. Sin embargo, investigaciones recientes de la psicóloga Carol Dweck sugieren que esta limitación depende más de lo que creemos sobre la fuerza de voluntad que de la energía física en sí. En otras palabras, si creemos que nuestra fuerza de voluntad es ilimitada, seremos capaces de mantener el esfuerzo en tareas difíciles sin sentirnos agotados. Huberman destaca que estas creencias no solo afectan el desempeño en tareas concretas, sino también en desafíos repetidos.
Tenacidad y el “micro-esfuerzo”: El papel del cerebro
El Dr. Huberman también menciona una estructura cerebral poco conocida pero fundamental, el córtex cingulado anterior (CCA), que está directamente relacionado con la capacidad de superar obstáculos y demostrar tenacidad. Estudios revelan que el tamaño y la actividad de esta área aumentan cuando las personas se enfrentan y superan tareas difíciles, tanto físicas como cognitivas. Además, el CCA parece estar relacionado con algo aún más profundo: la voluntad de vivir. Huberman sugiere que esta área del cerebro podría ser clave para mantener una mentalidad resiliente y continuar afrontando retos a lo largo de la vida.
La importancia de enfrentar lo incómodo
El concepto de "micro-esfuerzos", introducido por Huberman, nos invita a realizar pequeñas tareas incómodas que no necesariamente disfrutamos, pero que son cruciales para entrenar nuestra tenacidad. Estas actividades, que él describe como “micro sucks” (esfuerzos incómodos), ayudan a activar el córtex cingulado y mejorar nuestra capacidad para enfrentar desafíos mayores. Huberman da ejemplos simples como lavar platos cuando no apetece o correr esos metros extra al final de un entrenamiento, tareas que pueden parecer insignificantes, pero que contribuyen a desarrollar una mentalidad fuerte y resiliente.
Estrés, ejercicio y longevidad
Finalmente, Huberman menciona estudios sobre el impacto del ejercicio cardiovascular en la longevidad y la salud cerebral. Añadir solo tres horas de ejercicio cardiovascular por semana ha demostrado revertir el declive natural del tamaño del CCA (córtex cingulado anterior) en personas mayores, lo que sugiere que este tipo de esfuerzo no solo mejora la salud física, sino también la resistencia mental a lo largo del tiempo. Esto subraya la importancia de mantenerse activo, especialmente cuando el ejercicio es desafiante.
Reflexión final: Cambia tu perspectiva para cambiar tu vida
Para acabar, lo que podemos extraer de esta conversación con el Dr. Andrew Huberman es que el estrés y la fuerza de voluntad no son enemigos a evitar, sino herramientas que, si las manejamos con la mentalidad adecuada, pueden potenciar nuestra vida. Desde la forma en que elegimos hacer ejercicio, hasta cómo enfrentamos las tareas diarias y gestionamos el estrés, nuestras creencias juegan un papel crucial en nuestra capacidad de superar desafíos. El verdadero poder está en cambiar nuestra percepción, entender que esos "micro-esfuerzos" nos hacen más fuertes, y que el cerebro es capaz de desarrollar una tenacidad increíble si lo entrenamos correctamente.
Este enfoque optimista nos recuerda que muchas veces, las limitaciones que experimentamos son más mentales que físicas, y que un pequeño cambio en nuestra mentalidad puede tener un impacto significativo en nuestra calidad de vida.