Si sientes que el día a día te come, que nunca llegas a terminar esa lista de tareas pendientes y que la procrastinación es tu mejor amiga, bienvenido al club. Y no es que te falten ganas, pero entre la rutina, las distracciones y la falta de motivación, es fácil que acabes dejando lo importante para "mañana" (que, como todos sabemos, es un país lejano donde nadie ha puesto jamás un pie).
Quiero hablarte de cómo Leila Hormozi nos explica como puedes vencer esa resistencia natural a avanzar y a conseguir que las cosas sucedan, todo mientras mantienes la motivación y, lo más importante, tu salud mental. Aquí tienes las claves que Leila ha descubierto para decir adiós a la procrastinación de una vez por todas y, sobre todo, para que no te aburras en el proceso.
¿Estás Trabajando en lo Correcto?
Empecemos por el principio. Uno de los mayores motivos por los que procrastinamos es porque no estamos seguros de si lo que estamos haciendo es lo mejor para nosotros. A veces, nos enredamos en tareas que parecen urgentes, pero que realmente no están alineadas con nuestros objetivos a largo plazo. ¿Y adivina qué? Lo que a corto plazo puede parecer interesante, a la larga puede que no nos lleve a ningún sitio (o al menos, no al sitio que queremos).
Aquí Leila Hormozi nos lanza la primera pregunta que deberías hacerte: “¿Es esta la mejor tarea en la que puedo estar trabajando, tanto a corto como a largo plazo?” Parece sencilla, pero es un filtro brutal que te ayudará a dejar fuera lo que no te suma. Si la respuesta es que la tarea no está alineada con tus objetivos, entonces tal vez no sea la procrastinación lo que necesitas vencer, sino una mejor planificación.
Por otro lado, a veces también hay tareas que, aunque nos ayuden a cumplir nuestros objetivos a largo plazo, en el día a día no resultan muy emocionantes. ¿Cuántas veces has pensado que te aburres haciendo algo importante, porque no es lo suficientemente divertido? Bienvenido a la vida adulta. La clave aquí es recordar por qué te comprometiste con ese objetivo, mantener el foco en el largo plazo y buscar maneras de darle un poco de vida a esa tarea en el momento presente.
El Poder del Refuerzo Intermitente: Cómo Hacer que lo Aburrido Sea Interesante
Leila nos habla del “refuerzo intermitente”. A ver, no te asustes con el término. Esto, básicamente, significa darte pequeñas recompensas de vez en cuando para mantener la motivación. Así de sencillo. Por ejemplo, si tienes el objetivo de ponerte en forma en un año, es posible que a veces te desanimes porque los cambios no se ven de la noche a la mañana. Pero si empiezas a celebrar cada kilo que pierdes, o cada sesión de gimnasio que completas, sentirás que avanzas y que el esfuerzo merece la pena.
Un truco que Leila suele recomendar es que te involucres con otras personas. Invita a amigos, familiares o incluso a tu pareja para que te ayuden a celebrar cada pequeño logro. Puedes pedirles que te den una palmadita en la espalda o que te digan algo motivador cada vez que avanzas en tu proyecto. Aunque parezca una tontería, te aseguro que funciona. Por ejemplo, mientras Alex Hormozi (su marido) escribía su libro, ella le dejaba notas de ánimo para recordarle lo orgullosa que estaba de su constancia y de su esfuerzo, y así él veía el valor de su trabajo diario, aunque los resultados no fueran inmediatos.
¿Tienes Miedo de Tomar Decisiones?
A veces, la procrastinación aparece en forma de “parálisis por análisis”. Sabes que tienes varias opciones y, aunque todas parecen buenas, te cuesta decidirte por miedo a equivocarte. ¿Te suena familiar? Esto puede ser especialmente problemático si eres emprendedor o si tienes un rol de liderazgo, donde tomar decisiones rápidas y efectivas es crucial.
Mi consejo aquí es simple: toma la decisión y sigue adelante. No pierdas semanas dándole vueltas a algo que podrías haber probado ya. Si no funciona, puedes ajustar el rumbo, pero avanzar te permitirá aprender mucho más rápido. Cuando te bloquees ante una decisión, ponla en un gráfico, anota los pros y los contras de cada opción, y decide cuál tiene el menor riesgo o la mayor probabilidad de éxito.
Es mucho más fácil corregir un error que quedarte quieto por miedo a fallar. De hecho, en el tiempo que has pasado dándole vueltas a la decisión, podrías haber probado la opción, haber fallado, y estar probando otra diferente. Es mejor hacer algo y avanzar, aunque sea poco a poco, que quedar atrapado en la inacción.
Recompénsate por Completar las Tareas (Sí, como a los Perros)
No, no te estoy llamando perro, pero hay algo muy efectivo en recompensarte por completar las tareas. Establece un premio que te guste al final de cada tarea que te cueste hacer, algo que disfrutes de verdad y que sepas que solo te lo vas a dar a ti mismo si terminas el trabajo. Por ejemplo, si te encanta salir a pasear, haz que esa salida sea la recompensa después de completar una tarea difícil.
La idea aquí es entrenar a tu cerebro para asociar el esfuerzo con algo positivo. Es como decirle: “Oye, si haces esto, después te daré un premio”. Y sí, esto de “engañar al cerebro” funciona de maravilla, sobre todo en esos días en los que no tenemos muchas ganas de avanzar.
Organiza tus Días por Temas y Evita la Multitarea
Si te cuesta pasar de una tarea a otra, considera organizar tus días por temas o actividades. Es decir, dedica un día a un tipo de trabajo específico, como la planificación, otro a las ventas, y otro a revisar las tareas pendientes. Esto ayuda a tu cerebro a mantenerse concentrado y evita el agotamiento que produce el estar saltando constantemente de una cosa a otra. Además, evita distracciones y no malgastes tu tiempo.
Ahora, el truco aquí no es solo organizar tus días, sino también comunicar a tu equipo (si tienes uno) cómo trabajas para que sepan cuándo pueden contar contigo. Explícales cómo manejas tu tiempo y cómo deben hacerte las solicitudes o los comentarios para no interrumpirte en mitad de una tarea importante.
Aprende a Decir “No”
Y finalmente, un consejo que puede marcar una gran diferencia: aprender a decir “no”. Tu tiempo es valioso y, si no le das la importancia que merece, otros tampoco lo harán. Prioriza tus objetivos y establece límites claros. A veces, una sola distracción puede hacer que pierdas horas de productividad.
La clave está en saber que cuando dices “no” a una tarea, en realidad estás diciendo “sí” a tus prioridades. Así que no te sientas mal si tienes que rechazar algo o a alguien. Recuerda, es tu vida y tu tiempo. Aprovéchalo en lo que realmente importa.
La procrastinación no es más que un reto mental
¿Entonces? La procrastinación no es más que un reto mental que puedes superar aplicando unas cuantas estrategias y modificando algunos hábitos. Lo importante es que te mantengas concentrado, que uses el poder del refuerzo, y que, de vez en cuando, te des ese empujón para seguir avanzando. Así que, si has llegado hasta aquí, ¡enhorabuena! Ahora, ve y haz eso que has estado posponiendo.